El amor es como un pájaro, si está libre vuela a dónde quiere, pero si lo encerramos en la jaula de nuestras creencias limitantes no puede ni siquiera desplegar las alas. Cuando le mantenemos encerrado lo llamamos amor posesivo sin darnos cuenta de que sigue conservando su esencia de amor incondicional, de amor libre.
Querido lector: todo amor es incondicional, si sientes que el amor te traiciona no es cierto, lo que pasa es que sin darte cuenta lo has encerrado en la cárcel de tus creencias limitantes, al hacerlo le impides volar: el amor nunca pierde sus alas, nunca es posesivo, tan sólo tienes que tener cuidado de no enjaularlo.
Del libro "Encuentros con tu propia sabiduría"