viernes, 20 de octubre de 2023

ACABEMOS CON LOS TRES TIRANOS QUE COSIFICAN A SERES HUMANOS


    Vivir lo que se ha conseguido en la comunidad de Givat Haviva, un remanso de paz en medio del conflicto de Gaza, representa realizar un viaje al futuro, al único futuro viable: el de la paz y el de la buena convivencia entre los judíos y los palestinos. Para llegar a él es necesario dejar atrás el odio, y empezar a ver al otro primero como persona en lugar de como mero individuo perteneciente a otra cultura con la que se está en conflicto. 


    Los fanáticos, de un lado y de otro, cosifican al que consideran su enemigo, impidiendo así cualquier diálogo y como consecuencia cualquier avance en la buena convivencia: ¿quién quiere hablar con una cosa que le estorba?, la aparta y punto. Para cosificar se necesita una justificación, que se suele hacer en base a la fanatización de una ideología o religión, lo cual permite crear un clan que actúa basado en “la única fe verdadera” o en  “la auténtica verdad de las cosas”, sin dogma incuestionable no se puede dejar de ver al otro como persona y como consecuencia sin derecho a la compasión, sin el efecto clan no se puede encontrar la fuerza necesaria para luchar hasta la muerte. Aún queda un tercer ingrediente a añadir al efecto clan, con su consiguiente borreguismo, y al dogma, con su consiguiente inflexibilidad: el odio, que permite con su ofuscación erradicar cualquier sentimiento humano hacia el enemigo y todo tipo de pensamientos razonables que puedan ir contra el dogma o el clan. Teniendo presente a estos tres tiranos que someten a la mente y al corazón humanos podemos ahora entender las masacres terroristas y los bombardeos despiadados a inocentes. 

    Los integrantes de Givat Haviva parecen haber luchado con éxito para librarse de los tres tiranos, que juntos tienen el poder de cosificar a los seres humanos, por eso, son el ejemplo perfecto a seguir para construir un futuro de paz, los medios de comunicación deberían de darles mayor relevancia, a ellos y a todas las personas que actúan en la misma dirección. No sería justo terminar este escrito sin mencionar también a todos los judíos que en EEUU se han manifestado en contra del cerco y el bombardeo de Gaza, que parecen estar también libres de los tres tiranos, aunque previsiblemente hayan tenido la tentación del odio tras los crímenes cometidos por Hamás; ellos también son esperanza de un futuro en el que todos los seres humanos sean tratados como personas de pleno derecho y no como cosas a apartar de nuestro camino: acabemos de una vez por todas con los tres tiranos, al final, siempre se trata de democracia, en este caso de una democracia de corazón, de una democracia que ha de ir abriendo camino a la definición efectiva de ciudadano del mundo, que permitirá por fin que nadie pueda ser considerado un apátrida o incluso una cosa en su propio planeta.