miércoles, 29 de septiembre de 2021

¡ AIBÓ, AIBÓ …. A LA VIDA A DISFRUTAR !

    No recuerdo que en el colegio me hablaran de la vida como algo a disfrutar, contemplado en la distancia es algo sorprendente que en las miles de clases de todo tipo ningún maestro dedicase una sola a invitarnos a vivir desde la felicidad. Después de esta observación no sorprende que vivamos en un mundo tan conflictivo: nadie nos ha enseñado a descubrir la alegría de vivir.

    Educados desde estados de necesidad de todo tipo, hemos ido a la vida como quien se dirige cada día a un trabajo por obligación:. Así, no es de extrañar que haya tenido tanto éxito la absurda frase de “ganarse la vida”. Hemos creado un mundo artificial de necesidades sin darnos cuenta que estamos acogidos por una naturaleza cuya esencia es la abundancia: ¿acaso nos ganamos el aire que respiramos, la tierra que pisamos, la lluvia que cae sobre nosotros, el sol que nos alimenta e ilumina, la mora salvaje que alegra nuestro paladar …?

    A fuerza de crear una sociedad de escasez hemos alimentado nuestra propia pobreza y la competitividad entre nosotros. Pero hay algo, que como la abundancia de la naturaleza, se encuentra muy cerca de nosotros, esta vez no está fuera, sino dentro: la alegría de nuestro corazón, una fuente de abundancia ilimitada. Si aprendemos a vivir desde este manantial nos será muy fácil llevar nuestro entorno de la escasez a la abundancia, porque sencillamente nos sacará de los estados de necesidad en los que hemos sido educados.

    ¿Qué te parece iniciar cada jornada con un canto a la alegría que nos ponga en contacto con nuestro corazón …? Podríamos convertir la ducha en un baño mágico que nos impregnará de nuestra propia abundancia, y al salir de casa podríamos cantar: ¡ Aibó, aibó … a la vida a disfrutar! 






lunes, 27 de septiembre de 2021

EL MÁGICO CAMINO DE LA VIOLENCIA A LA TERNURA

    La violencia es poder, que debido a la fragmentación que la dualidad causa en nuestro ego, se ha separado de la sensibilidad.

    Cualquier cosa que hagamos cuando es iluminada por los tres dones del corazón auténtico – poder, sensibilidad en equilibrio y sabiduría – nos conduce a nuestra propia felicidad, no importa que su origen sea mezquino, inmoral, egoísta … es como cuando un agua sucia y contaminada es vaporizada por la luz del Sol y se convierte en nube, recuperando su pureza.

    Así, algo como la misma violencia puede llegar a convertirse en pura ternura, siempre que no interpongamos el juicio y la crítica entre la luz de nuestro corazón y la fuente de la violencia. En la ternura generada desde el corazón brillan sus tres dones, por eso contemplarla nos hace sentir a la vez sensibles, poderosos y sabios.

    Hemos sido educados para reprimir lo que consideramos malo, así, siglos reprimiendo la violencia a través de reglas morales no sólo no han acabado con las guerras, sino que han aumentado su poder desbastador con armas como las nucleares. Esto es debido a que la moral no puede transmutar la violencia tan solo reprimirla y ocultarla, llenando nuestros inconscientes de deseos y pasiones insatisfechos, que afloran en nuestras guerras particulares en el día a día. Quien tiene capacidad para transmutar la violencia, incluso en ternura, es nuestro corazón auténtico a través de sus tres dones. Pensar por sí solo no puede traernos la paz, es necesario además sentirla en nuestro corazón cada día.

    Nuestro corazón auténtico es al ego como esta niña es a su muñeca, con la diferencia de que nuestro corazón es capaz de dar vida a la “muñeca”, como Geppetto a Pinocho … son los milagros del amor.


Imagen de una escena de la película-documental "Entre maestros"