miércoles, 29 de septiembre de 2021

¡ AIBÓ, AIBÓ …. A LA VIDA A DISFRUTAR !

    No recuerdo que en el colegio me hablaran de la vida como algo a disfrutar, contemplado en la distancia es algo sorprendente que en las miles de clases de todo tipo ningún maestro dedicase una sola a invitarnos a vivir desde la felicidad. Después de esta observación no sorprende que vivamos en un mundo tan conflictivo: nadie nos ha enseñado a descubrir la alegría de vivir.

    Educados desde estados de necesidad de todo tipo, hemos ido a la vida como quien se dirige cada día a un trabajo por obligación:. Así, no es de extrañar que haya tenido tanto éxito la absurda frase de “ganarse la vida”. Hemos creado un mundo artificial de necesidades sin darnos cuenta que estamos acogidos por una naturaleza cuya esencia es la abundancia: ¿acaso nos ganamos el aire que respiramos, la tierra que pisamos, la lluvia que cae sobre nosotros, el sol que nos alimenta e ilumina, la mora salvaje que alegra nuestro paladar …?

    A fuerza de crear una sociedad de escasez hemos alimentado nuestra propia pobreza y la competitividad entre nosotros. Pero hay algo, que como la abundancia de la naturaleza, se encuentra muy cerca de nosotros, esta vez no está fuera, sino dentro: la alegría de nuestro corazón, una fuente de abundancia ilimitada. Si aprendemos a vivir desde este manantial nos será muy fácil llevar nuestro entorno de la escasez a la abundancia, porque sencillamente nos sacará de los estados de necesidad en los que hemos sido educados.

    ¿Qué te parece iniciar cada jornada con un canto a la alegría que nos ponga en contacto con nuestro corazón …? Podríamos convertir la ducha en un baño mágico que nos impregnará de nuestra propia abundancia, y al salir de casa podríamos cantar: ¡ Aibó, aibó … a la vida a disfrutar! 






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